martes, 18 de mayo de 2010

Guía rápida de la Barcelona World Race

Este artículo fue publicado el 18 de abril de 2008 en la revista naútica www.masmar.net y explica el recorrido y lo esencial de la regata. Creo que nadie mejor que un escritor de esta revista puede explicaros en que consiste la BWR (habla de la primera edición):

Salida:
En Barcelona, el domingo día 11 de noviembre a las 13:00 horas.

La línea de salida se situará frente al Port Olimpic, entre dos barcos de vela tradicional. La secuencia de la cuenta atrás comenzará a las 12:52 horas con la señal de atención (8:00 minutos para la salida)), señal de preparación a las 12:54 horas (4:00 minutos para la salida), último minuto a las 12:59 horas (1:00 minutos) y salida (0:00 minutos) a las 13:00 horas.
Tras la salida la flota deberá navegar hasta una baliza de desmarque fondeada frente al Port Forum barcelonés (2,5 millas aprox.), regresar a la línea de salida y cruzarla en sentido inverso, y de allí navegar en busca de una baliza situada en Sitges (25 millas aprox.). A partir de la baliza situada frente a la iglesia de Sitges, la flota navegará libremente hasta Gibraltar.

Recorrido:
Da la vuelta al mundo sin paradas comenzando y terminando en Barcelona, saliendo del Mediterráneo por el estrecho de Gibraltar, dejando los cabos de Agujas y Hornos a babor, regresando al Mediterráneo por Gibraltar.
La distancia teórica del recorrido es de 25.000 millas náuticas (unos 47.500 kilómetros), e incluye unos puntos de paso obligados, denominados puertas. 4 de esas puertas son limitaciones de latitud Sur, a fin de reducir el peligro de navegación por aguas con icebergs a la deriva. En las 9 puertas restantes se establecen Metas Volantes, confeccionándose una clasificación parcial y total de de las mismas, pero que no bonifican el tiempo total empleado en completar el recorrido de la Vuelta al Mundo. Las metas volantes se establecen en el Estrecho de Gibraltar, Islas Canarias (Gran Canaria, España), Archipiélago Fernando de Noroña (Brasil), Cabo de Buena Agujas (Sudáfrica), Estrecho de Cook (Nueva Zelanda), Cabo de Hornos (Chile), Archipiélago Fernando de Noroña 2 (Brasil), Estrecho de Gibraltar 2, y Línea de Llegada. La clasificación de cada Meta Volante se establece teniendo en cuenta el tiempo empleado por cada barco entre el inicio y el final de cada tramo, no el orden de paso.

Duración de la regata:
Al no haber ningún precedente de este recorrido, pues a diferencia de la regata en solitario Vendée Globe, la flota sufre algunas restricciones de ruta que suponen navegar más millas, destacando en este aspecto la Meta Volante del Estrecho de Cook, en Nueva Zelanda. La estimación se sitúa en torno a 82-85 días, tiempo que lógicamente variará en función de encontrar unas condiciones mejores o peores de viento, así como a las posibles averías o contratiempos.

Paradas:
La Barcelona World Race es una regata sin escalas y sin asistencia técnica.
Después de Australia, ningún barco puede entrar en puerto salvo por alguna urgencia médica de sus patrones. En caso de avería, los competidores deben solicitar autorización a la organización para tocar tierra, siéndoles impuesta una penalización de tiempo, que se sumará al empleado en su recorrido de la Barcelona World Race.

Los barcos están autorizados a fondear o buscar la protección de alguna isla o ensenada, sin tocar tierra. Durante dicha parada, no podrán recibir ningún tipo de material, alimento o recambio, y tampoco podrá embarcar nadie ni desembarcar los patrones.

Estrategia:
Saber el encontrar el límite despejará la ecuación más importante. Pero decidir cuánto se puede forzar el ritmo es una ecuación complicada, pues la ecuación tiene varias incógnitas. Una de ellas es la resistencia del barco, cuanto son capaces de resistir los IMOCA 60 pies navegados sin escalas por dos personas, que hasta ahora solo habían navegado en solitario en esta ruta, y ahora, tripulados en doble serán exprimidos como una naranja. Otra incógnita es la dosificación física de los patrones, pues comenzar con un ritmo demasiado bajo pensando en un sprint final puede dejarles descolgados de la lucha en cabeza, pero elegir un ritmo inicial demasiado alto supone desfallecer en la recta final. Las averías también condicionarán el ritmo, no sólo de velocidad sino de la resistencia de los patrones, si solucionarlas requiere esfuerzos suplementarios a los rutinarios. El desconocimiento de los contrincantes y sus barcos es otra incógnita, al ser nuevos la mayoría de barcos participantes, y que no han competido antes entre sí. Saber las prestaciones del propio barco respecto a la flota requerirá la mitad del recorrido de la Barcelona World Race, provocando dudas si la velocidad relativa podría ser mayor o menor, si se está aprovechando bien o mal la propia máquina.
Una cosa es clara: todos quieren completar el recorrido, es su primer y fundamental objetivo, pues en una regata de este tipo no tiene mucho sentido pensar en favoritos. Es una prueba de muy larga duración y ahí la “máquina” y su buen funcionamiento son mucho más vitales que en otras regatas. No están compitiendo en una serie con muchas pruebas en recorridos barlovento-sotavento, con posibilidad de descartar o de reparar entre una jornada y otra.
Recordemos la fábula de la liebre y la tortuga, pero… aquí hay varias liebres y varias tortugas. ¿Será mi paso de tortuga suficientemente rápido?

Vida a bordo:
Afrontar una regata de Vuelta al Mundo sin escalas a bordo de un moderno barco IMOCA 60 pies implica soportar unas condiciones de vida difíciles, de extrema dureza. El espacio vital a bordo del Estrella Damm es muy reducido y absolutamente espartano, tanto que los patrones no tienen ni asiento en la mesa de navegación. Se sientan sobre la tapa del motor… La cocina es un pequeño fogón de camping, donde se calienta la comida liofilizada (sacos de comida deshidratada) mezclada con agua. Un agua que se consigue mediante una potabilizadora. Este tipo de comida ingerida durante tantos días, contribuye a la deshidratación del cuerpo humano, por lo que si un deportista de resistencia precisa la ingesta de mucho líquido, en este caso resulta todavía más necesario. Se duerme al ritmo que marcan las olas… pues si bien se turnan para patronear el barco, cualquier maniobra que implique un cambio de vela la hacen los dos tripulantes. Pero no solo deben timonear, ajustar las velas o realizar maniobras. Hay más trabajo: obtener los partes meteorológicos, preparar la estrategia y la ruta, establecer comunicaciones con la organización de la regata, etc., etc., por lo que se duerme cuando se puede y a cortos intervalos que apenas alcanzan las 3 horas seguidas. Y no se hace en una cama, sino en una litera ajustable sin colchón, o directamente en el suelo.
El barco está permanentemente inmerso en una humedad casi absoluta, que aumenta gradualmente a medida que el salitre lo va impregnando todo, pues la absorbe y la retiene. Y agua de mar reciben a mares sobre ellos cuando navegan en la bañera o en la cubierta del barco, debido a los rociones que proyecta casco al navegar a velocidades tan elevadas. La humedad y la salitre cala la ropa e incluso la piel de los patrones.
Y así, día tras día, durante casi tres meses…

Seguridad:
Los equipos y sus patrones han preparado a conciencia todo lo referente a seguridad, tal y como obliga la organización de la Barcelona World Race. A bordo llevan un completo equipo de seguridad, donde además la perceptiva balsa salvavidas, bengalas, arneses, etc. se incluye una baliza de hombre al agua, y por supuesto un sistema para seguir emitiendo la posición del barco aun estando completamente volcado y las radiobalizas emisoras vía satélite.
Además, ambos patrones han realizado un curso de primeros auxilios y medicina, específicamente desarrollado para la regata. También se han sometido a distintos chequeos médicos y cuentan con el certificado de un curso de supervivencia.
Gracias a los sistemas de comunicación del barco, pueden recibir instrucciones en caso de ser necesario, tanto para reparaciones del barco como para resolver problemas médicos.

Meteorología:
Una de las innovaciones de la Barcelona World race es su parte del recorrido por el Mediterráneo, algo insólito hasta ahora en regatas vuelta al mundo, que tradicionalmente comienzan y terminan en el Atlántico.
La variabilidad del clima Mediterráneo en otoño e invierno, la menor fiabilidad de los pronósticos a más de 48 horas y la influencia de los fenómenos locales, al navegar cerca de la costa, pueden mantener la incertidumbre en vilo desde el primer hasta el último momento de las 25.000 millas de recorrido.
Además, tanto la salida como el regreso por el estrecho de Gibraltar pueden ofrecer distinto signo, si soplan temporales de Levante o de Poniente. Cruzarlo con viento fuerte y en contra, ciñendo entre el intenso tráfico marítimo puede complicar la ruta en zig-zag de los barcos.
Superad el estrecho y el paso entre Canarias, concretamente a menos de 20 millas al Este del Las Palmas de Gran Canaria, la flota buscará los Alisios del Norte para buscar el mejor punto para cruzar las calmas ecuatoriales. Una dificultad que, gracias a la avanzada tecnología de los barcos y las siempre mejores herramientas meteorológicas, cada vez ofrece menos incógnitas y permite elegir la ruta con más viento al cruzar el Ecuador.

La siguiente “trampa” es el Anticiclón de Santa Elena, que a semejanza del de las Azores en el hemisferio Norte, condiciona la navegación frente a las costas brasileñas y argentinas. Los participantes deberán rodearlo buscando más viento, pero siempre surge la tentación de comenzar a ganar latitud Sur y longitud Este para no alargar tanto el desvío de la línea recta, que les lleve lo antes posible desde la puerta de Fernando de Noroña hasta la zona de borrascas en el Oceánico Índico.

Las primeras puertas que limitan la bajada hacia el Sur por el Índico, simplifican como afrontar los frentes de borrascas que se suceden en los Cuarenta Rugientes y los Cincuenta Aullantes, pero deberán extremar su atención para buscar diferencias, especialmente para elegir cuándo y cómo ganan Latitud Norte para aproximarse al Estrecho de Cook, donde al acercarse a las islas pueden surgir vientos locales y el efecto acordeón. El posible efecto de aceleración de viento y el intenso tráfico marítimo pueden propiciar cambios por el estrecho tras pasar la Puerta de Wellington.
Dejada Nueva Zelanda por la popa, de nuevo deberán jugar con las borrascas y el peligro de hielos flotantes, teniendo una nueva puerta de seguridad que limita su navegación más al Sur. Y de ahí al mar desbocado que suele encontrarse al pasar el mítico Cabo de Hornos, donde el súbito cambio de profundidad marina provoca un oleaje temido por marinos y regatistas.
Virado el cabo de Hornos, comienza la “vuelta a casa”, recorrido de nuevo el Océano Atlántico, esta vez de Sur a Norte. El anticiclón de Santa Elena y la zona de calmas ecuatoriales de nuevo en su camino, pero salvada la Zona de Convergencia Intertropical, deberán afrontar el anticiclón de las Azores, que se interpondrá en su ruta hacia el Estrecho de Gibraltar, para navegar las últimas 500 millas sometidas a los caprichos del Mediterráneo, que en el meses de enero y febrero es capaz de ofrecer lo mejor y lo peor, incluidas posibles encalmadas que pongan a prueba hasta la misma línea de llegada, en Barcelona, la capacidad para conocer y sacar el mejor partido a la meteorología reinante a lo largo de esta vuelta al mundo

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